Un mensaje.
Ni siquiera un mensaje de contrición o solicitud, un mensaje en el que sigue en el mismo rollo intimidante.
En el que me hace sentir que soy mala, que soy inmadura.
El contacto cero es bueno cuando tus relaciones fueron tóxicas, cuando cada vez que escribe son ataques, cuando escribe en tu cumpleaños y lo único que escribe son reproches por haber sido una bruja. Gracias por ese regalo de cumpleaños innolvidable J.
El contacto cero esta bien, no es inmadurez, es protección, es cuidado conmigo misma.
Aún ejerce control y manipulación, lo bueno es que ya no quiero ser sorda a las voces que me dicen que eso no debería ser.
Obviamente tengo ganas de ir a buscarlo, de contestarle, sería capaz de pedirle perdón y caer en lo mismo, pero en mi naturaleza nunca he sido de las que se dejan aplastar... al menos por mucho tiempo.
Me dejé porque recordé aquello de: "hazte pen!"#!#, pero que no te hagan. Y serás el tiempo que tu quieras."
Ya no quise, sólo que no te cuentan que en ese hacerse se corre el riesgo de quedarse y creerse, hasta no poderse librar de lo que se pretendió.
La parte que menos me gustó fue el de las mentiras. Mentía cuando salía tarde del trabajo, mentía si tenía que comer con mi jefe por la extensa jornada del trabajo, tenía que borrar mensajes que les escribía a mis amigas o a mis hermanos...

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