Mi historia con el Opus Dei (II)

 Debido al libro de El código Da Vinci, el Opus Dei ha sido blanco de críticas e historias misteriosas absurdas. 

Han pasado ya cuatro años desde que ya no pertenezco al Opus Dei, han sido años difíciles. Le di gran parte de mi vida, de mi esfuerzo, la pertenencia a esta institución me definía en muchos aspectos. he perdido gran parte de quién soy, tuve, tengo, una gran crisis de identidad. 

Ahora, un poco de contexto, quizás, después de no estar tan en contacto con las enseñanzas y demás información de regla sobre la historia de la Prelatura, tendré que estudiar.

En fin, el Opus Dei es una Prelatura personal, no es una congregación; las personas que pertencen a ésta, no son consagrados, ni son monjes. La diferencia esta en entender que unos hacen votos y los otros no, por lo que los miembros del Opus Dei siguen siendo laicos.
Así, "Las prelaturas personales son, por tanto, instituciones pertenecientes a la estructura jerárquica de la Iglesia, es decir, son uno de los modos de auto-organización que la Iglesia se da en orden a la consecución de los fines que Cristo le asignó, con la característica de que sus fieles continúan perteneciendo también a las iglesias locales o diócesis donde tienen su domicilio". (Página oficial del Opus Dei)

y:

Algunos rasgos del espíritu del Opus Dei son los siguientes:

Filiación divina. «La filiación divina es el fundamento del espíritu del Opus Dei», afirma su fundador. Desde el bautismo, un cristiano es un hijo de Dios. La formación que proporciona la Prelatura fortalece en los fieles cristianos un vivo sentido de su condición de hijos de Dios y ayuda a conducirse de acuerdo con ella: fomenta la confianza en la providencia divina, la sencillez en el trato con Dios y con los demás, un profundo sentido de la dignidad de la persona y de la fraternidad entre los hombres, un verdadero amor cristiano al mundo y a las realidades creadas por Dios, la serenidad y el optimismo.

Vida ordinaria. «Es en medio de las cosas más materiales de la tierra donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres», decía san Josemaría. La familia, el matrimonio, el trabajo, la ocupación de cada momento son oportunidades habituales de tratar y de imitar a Jesucristo, procurando practicar la caridad, la paciencia, la humildad, la laboriosidad, la justicia, la alegría y en general las virtudes humanas y cristianas.

Santificar el trabajo. Buscar la santidad en el trabajo significa esforzarse por realizarlo bien, con competencia profesional, y con sentido cristiano, es decir, por amor a Dios y para servir a los hombres. Así, el trabajo ordinario se convierte en lugar de encuentro con Cristo.

Oración y sacrificio. Los medios de formación del Opus Dei recuerdan la necesidad de cultivar la oración y la penitencia propias del espíritu cristiano. Los fieles de la Prelatura asisten diariamente a la Santa Misa, dedican un tiempo a la lectura del Evangelio, acuden con frecuencia al sacramento de la confesión, fomentan la devoción a la Virgen. Para imitar a Jesucristo, procuran también ofrecer algunas pequeñas mortificaciones, especialmente aquellas que facilitan el cumplimiento del deber y hacen la vida más agradable a los demás, así como el ayuno y la limosna.

Unidad de vida. El fundador del Opus Dei explicaba que el cristiano no debe «llevar como una doble vida: la vida interior, la vida de relación con Dios, de una parte; y de otra, distinta y separada, la vida familiar, profesional y social». Por el contrario, señalaba san Josemaría, «hay una única vida, hecha de carne y espíritu, y ésa es la que tiene que ser —en el alma y en el cuerpo— santa y llena de Dios».

Libertad. Los fieles del Opus Dei son ciudadanos que disfrutan de los mismos derechos y están sujetos a las mismas obligaciones que los otros ciudadanos, sus iguales. En sus actuaciones políticas, económicas, culturales, etc., obran con libertad y con responsabilidad personal, sin involucrar a la Iglesia o al Opus Dei en sus decisiones ni presentarlas como las únicas congruentes con la fe. Esto implica respetar la libertad y las opiniones ajenas.

Caridad. Quien conoce a Cristo encuentra un tesoro que no puede dejar de compartir. Los cristianos son testigos de Jesucristo y difunden su mensaje de esperanza entre parientes, amigos y colegas, con el ejemplo y con la palabra. Afirma el fundador: «Al esforzarnos codo con codo en los mismos afanes con nuestros compañeros, con nuestros amigos, con nuestros parientes, podremos ayudarles a llegar a Cristo». Este afán de dar a conocer a Cristo es inseparable del deseo de contribuir a resolver las necesidades materiales y los problemas sociales del entorno. (Llamados a ser santos)

En cuanto al gobierno : Organización del Opus Dei.
Para mi relato sólo contaré, si recuerdo bien, México se divide en regiones, en Ciudad de México esta la Asesoría, esta es la que se encarga de todo el país, luego hay una Delegación regional que se encarga de las actividades que se hacen en los estados que dependen de la delegación. El gobierno es colegiado, esta compuesto de una directora, una subdirectora y una... no me acuerdo cómo le llaman, el chiste es que son tres. Cada vivienda del Opus Dei es llamado Centro o Casa y tiene su propio gobierno interno. 

Sobre los miembros:

El Opus Dei está constituido por un prelado, un presbiterio o clero propio y laicos, tanto mujeres como hombres. En el Opus Dei no existen distintas categorías de miembros. Existen simplemente modos diversos de vivir la misma vocación cristiana según las circunstancias personales de cada uno: solteros o casados, sanos o enfermos, etc.

El espíritu del Opus Dei lleva a que cada uno cumpla las tareas y deberes de su propio estado, de su misión en la Iglesia y en la sociedad civil, con la mayor perfección posible buscando la identificación con Jesucristo en medio del mundo, en sus circunstancias y en su profesión.

La llamada divina al Opus Dei es la misma para todos sus miembros. También son idénticas para hombres y mujeres las tres modalidades generales en que la vocación es personalizada según la disponibilidad (numerarios, agregados y supernumerarios).

Además de los sacerdotes, algunos laicos –hombres y mujeres– viven el celibato, como un don de Dios y por motivos apostólicos: son los Numerarios y Agregados. Esto les permite una mayor dedicación a tareas formativas, sin modificar en nada su condición laical, su situación profesional, su posición en la Iglesia y en la sociedad.

La mayoría de los fieles del Opus Dei (actualmente, alrededor del 70%) son los miembros supernumerarios: se trata por lo general de hombres o mujeres casados, para quienes la santificación de los deberes familiares forma parte primordial de su vida cristiana.

Los numerarios ordinariamente viven en centros del Opus Dei, porque las circunstancias les permiten permanecer plenamente disponibles para atender las labores apostólicas y la formación de los demás fieles de la prelatura.

Algunas de las numerarias ‑denominadas numerarias auxiliares‑ se dedican –de modo prioritario (no exclusivo) y ordinario (no necesariamente siempre)- con su trabajo profesional a la atención doméstica de los centros del Opus Dei, para que las actividades de evangelización de la Prelatura se desarrollen en el ambiente que caracteriza a una familia cristiana. Asumen los mismos compromisos de vida cristiana que los demás fieles de la Prelatura.

La decisión de pedir la admisión al Opus Dei como numeraria auxiliar supone la inclinación o el gusto profesional por los trabajos del hogar y el deseo de adquirir la preparación adecuada, si se procede de otro ámbito laboral. Al igual que las numerarias que se ocupan de estos mismos trabajos en la sede de los centros del Opus Dei, no lo realizan como empleadas en casa ajena, sino como las madres o las hermanas de familia en la propia casa.

Los agregados viven con sus familias, o donde les resulte más conveniente por razones personales y profesionales.

Los sacerdotes de la prelatura provienen de los fieles laicos del Opus Dei:numerarios y agregados que, libremente dispuestos a ser sacerdotes y después de años de pertenencia a la prelatura y de realizar los estudios previos al sacerdocio, son invitados por el prelado a recibir las sagradas órdenes. Su labor sacerdotal se desarrolla principalmente al servicio de los fieles de la prelatura y de las actividades apostólicas promovidas por ellos.

Ambiente de familia

Una característica de la fisonomía del Opus Dei es el ambiente de familia cristiana. Ese tono familiar está presente en todas las actividades que organiza la prelatura. Se materializa también en el calor de hogar de sus centros, en la sencillez y confianza en el trato, y en las actitudes de servicio, comprensión y delicadeza en la vida cotidiana que se procuran vivir siempre. Todos colaboran de algún modo en el cuidado material de los centros, pero contribuye especialmente el trabajo de quienes se ocupan de la administración doméstica. (Cristianos en medio del mundo)


 

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