Miércoles negro

Creo que ya estoy lista para escribir sobre lo que pasó.

Aquí no me importa si parece chisme de primaria.

Lo he pensado y qué feo que es sentir que me falten al respeto y me minimicen es normal. 

Ayer en terapia me di cuenta que llevo cargando con coraje y frustración toda mi vida y por eso es muy fácil que se desborden mis emociones, más el enojo.

El miércoles sentí que me iba a volver loca, llegaron cinco niños para que les hicieran certificado médico y no había espacio, en estos casos explico que son muchos y no se les podrá atender a todos porque es muy poco tiempo. Acto seguido se les da una cita en otro horario y probablemente en otro día.

En esta ocasión la señora se puso loca porque le dijeron que sí había espacio, yo le pregunté que quién se lo haya dicho, si no es de la clínica no sabe de los horarios y por tanto no tiene autoridad para decir que sí hay espacio. 

Bueno, se fue a quejar con mi jefa y le dijo lo que yo había dicho, de paso que yo dije que esa persona que les dijo de las citas no es nadie. Según yo, no fue así, pero palabras más, palabras menos... Casi casi dije eso.

Vino mi jefa a reclamarme que por qué estamos rechazando pacientes, le dije que no estábamos haciendo eso, eran muchos y no nos iba a dar tiempo.

Para esto, tampoco sabía que les dábamos quince minutos de tolerancia para llegar a su cita, si no llegan se pasa a quien no tiene cita con mucho gusto, pero cinco pacientes en una hora son demasiados y se pierde la calidad en la atención.

Siguió insistiendo en que no debería ser así, le dije que así lo he estado haciendo todos estos años y sólo me decía que me calmara y que no le hablara así.

Repetía lo mismo todo el tiempo y no quería escuchar lo que yo quería decirle. Al final, ya le dije que lo iba a hacer cómo ella dijera, pero que teníamos que hablar.

Después de que se fue me puse a llorar de la frustración y el enojo.

Luego regresó a otra cosa y porque una señora se fue a quejar de que no la atendimos y le dimos cita para otro día. Nos hizo pasar a otros tres niños. Ese día tuvimos 36 pacientes, estábamos todos hartos y cansados.

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Segunda parte después