Autorregulación fallida...

 Luchar contra ti mismo para no luchar contra los demás es muy pesado. 
No echarle bronca a nadie por lo que es tu problema, tu herida, es una lucha constante por morderte la lengua y aguantar decir cosas de las que te podrías arrepentir... Sería más fácil sacar toda la mierda y decir: Qué me aguante quien  me quiera! 
Y acabaría uno por estar sólo y ser inaguantable...
Esta bien expresar lo que te molesta, pero no se trata de que hagan lo que queramos o que dejen de hacer lo que nos molesta porque no siempre tenemos razón. Hablamos desde nuestras heridas y debemos identificarlas para conocernos y tratar de sanar nosotros mismos, los demás nos pueden acompañar, pero no podemos pedir que nos sanen o que nos traten con pinzas para no lastimarnos...

De pronto te cansas de estar analizando cada emoción y preferirías dejarlas escapar como vienen. Lo malo es que siendo una persona analítica te das cuenta que ocasionarías lo que menos quieres: una guerra nuclear.

¡Qué difícil es esto de aprender a regular las emociones!  

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