Mi vida podría ser un chisme de esos jugosos, creo. Al menos como yo me la cuento es un chismesazo.
Hoy me preguntaron dónde vivía y siempre me echo la historia de toda mi trayectoria inmobiliaria junto con las historias que me han llevado a mudarme una y otra vez, siempre tragedias, siempre complicaciones que suponen un gran esfuerzo personal... Me doy palmaditas en la espalda y me digo: Haz hecho muy buen trabajo con tu vida a pesar de todo.
Aún me siento culpable de ya no ser tan... "religiosa" (?), pero sé que Dios aún me cuida y se compadece de mi porque sigo teniendo bendiciones en mi vida, y sigo agradeciéndole todo lo bueno que me pasa... y también lo malo.
Cuando tu vida como la conocías esta cambiando también se vive un duelo, cuando se trata del trabajo se vuelve una elección: seguir y aceptar el cambio o renunciar. Lo más complicado es: "entonces, qué quiero para mi vida? qué voy a hacer si renuncio?" No me darían liquidación... Qué voy a hacer? Parece que lo único viable sería aceptar el cambio Me gusta lo que hago, me gusta atender personas, ver ultrasonidos de bebés, platicar con las mamás, aprender... Me gusta estar en friega porque impide que piense en tonterías como mi muerte prematura. Tengo que vivir el duelo. O. me apoya. El tema es que implica varias decisiones, dejar la licenciatura, trabajar más dormir menos, aprovechar cada minuto... Volver a una versión mía que recuerda "tiempos de vietnam", así que será reinventar esa versión para que no sea quejumbrosa, que no vea injusticia en todos lados, atenta, avispada, que no se queje ante al cansancio, con aguante... lo que más me pesa ahorita es dejar la li...
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