El día más oscuro...
Esta parte de mi vida es la que más me cuesta compartir y la que le da mucho sentido a quién soy ahora y quién fui entonces, la parte que le ha dado peso a muchas de mis decisiones, una de las razones por las que ya no quise regresar a vivir a mi casa.
Ya ni me acuerdo cuántos años tenía si 11 o 12 o a punto de cumplirlos. En 5° de primaria yo ya estaba desarrollada, es decir, tenía pechos bien formados y me han envidiado mis pompas muchas veces.
¿Pueden imaginarse a una puberta? Una niña que recién descubre lo que hacen las hormonas, lo que le hacen al cuerpo. Todos se empiezan a dar cuenta y empiezan a fijar la mirada, "vaya, cómo has crecido!". Imagínense que además, era una niña tímida, pues me volví más. Llevaba suéter todos los días, con el calor que hace en Cuautla!, no quería ni ponerme el short de deportes para que no vieran mis piernas. Para colmo, me inculcaron un pudor un tanto, yo diría, enfermizo. "No te acuestes así porque provocas a tus hermanos", "no te sientes así porque provocas a tus hermanos", "no te vistas así porque los provocas", "los calzones y ropa interior en tu cuarto para que no la vean tus hermanos", "no juegues así con tus hermanos porque no sé qué", "no hables así con tus hermanos", "no te rías de sus chistes"...
Tanto pudor y nuestros cuartos no tenían seguro hasta entonces.
Una mañana me despertó un cosquilleo, F me estaba acariciando, me acarició los pechos y las pompas. Cuando vió que me desperté se intentó esconder, pero ya lo había visto y le dije que le iba a decir a mi mamá, después de darle un puñetazo en la cara (momento del que estoy muy orgullosa).
Fui a despertar a mi mamá y le fue a decir a mi papá, le dijeron que me ofreciera una disculpa y ya, fue todo. Desde ese día tuvimos cerradura en la puerta.
Después buscaron que el desgraciado ese hablara con alguien, "¿Por qué había hecho eso?"
"Sólo está explorando".
No recuerdo que alguna vez hayan preguntado qué pensaba yo o qué sentía. Tengo bloqueada una parte de ese periodo. F comenzó a trabajar, o ya trabajaba?
Sé que me sentía incómoda a su lado, no lo quería a mi lado, no quería que me tocara...
El episodio que tengo más marcado en mi memoria es uno en el que íbamos en el coche y me quiso abrazar o me tocó, me puse a gritar "no quiero que me toque!".
Seguro hubo otros similares porque mi mamá me decía, creo, constantemente que debía perdonarlo y no hacer ese tipo de escenas porque se iban a enterar mis hermanos y que iba a traumar a F.
Puaj!
Le hice caso sólo para que me dejaran en paz, pero fue en esa época cuando empecé a planear mi suicidio...
Ya no quería vivir...
Recuerdo otro episodio, me veo a mi misma tallándome el cuerpo con ganas, sintiéndome sucia; otro episodio, llorando a mares preguntando "¿Por qué lo hizo?".
Conforme pasó el tiempo sólo aprendí a vivir con eso, odiando sin saber por qué, luchando contra mi misma para no sentir odio ni rencor porque a Dios no le gusta eso.
Cuando ya casi tenía mi plan bien marcado, de suicidio, Dios me rescató... Ya hablé de eso en otro escrito.
Jamás dejé de sentirme incómoda con él, o de sentir rencor, sólo tenía que luchar para que todo fuera "normal".
No lo volvimos a mencionar... quizás él pensó que yo lo superé o en serio lo perdoné, pero no lo hice... Ese hecho me ha acompañado el resto de mi vida haciendo estragos por todos lados...
No, no me volví lesbiana, no odié a todos los hombres... De hecho me fijaba en ellos, soñaba con uno, admiraba a otros,
Pero la relación con mi cuerpo sí cambió mucho, no me quería ver bonita, no quería que se marcara ninguna curva, imposible porque tengo mucho de todo. Empecé a buscar vestir más como hombre...
Las veces que lo pude contar esperaba recibir respuestas de asco, de angustia, de... algo fuerte, de comprensión, pero no, siempre eran respuestas minimizándome, como de: "y eso qué?", "pero sólo te tocó", "pero no se volvió a repetir", "era un adolescente, estaba experimentando"...
Que no hubiera penetración y que no se volviera a repetir les bastaba a todos para pensar que era una exageración mi respuesta... Me cuestioné muchas veces si todos estos años había estado exagerando, llevando un hecho, al parecer, insignificante a grado de abuso sexual. ¿Era yo tan dramática? Mi suicidio habría sido una broma. ¿Había sufrido tantos años por una tontería, lo había hecho un problema tan grande como mi mamá lo decía?
De pronto se me pasaba, pensaba que ya lo había superado, pero pasaba algo, veía algo, oía algo, algo me recordaba eso y me ponía mal, quería morirme, me ponía triste, odiaba a todos...
Hasta que un día escuché algo que me hizo sentido, y es que no importa que no haya penetración es un abuso sexual, fue un abuso sexual, yo sufrí un abuso sexual por parte de una persona que se supone debía ser segura, las personas que deberían haberme cuidado no me cuidaron, no fueron mi soporte y no me comprendieron, me hicieron daño de una forma que sus mentes obtusas no les ha permitido ver. Todavía se preguntan: "¿Pero qué te hice? ¿Por qué no me quieres? ¿Por qué no me hablas?"
Me choca cuando intentan disculparlo diciéndome que seguro no lo hizo con intención de lastimarme, que seguro fue porque era un adolescente y estaba explorando,
Miles de veces intenté disculparlo yo, pero me cansé, eso no me hace sentir bien. No le da derecho de andar tocando a sus hermanas y menos partes tan íntimas. Está mal y punto, por algo se trató de esconder cuando lo descubrí.
También esos momentos en los que me desahogo, es como: "Te estoy contando lo que me pasó a mí, a quién debes tratar de entender es a mí. ¿Por qué tratar de disculparlo? La víctima soy yo, no él."
Me vale madres que sea mi hermano... Un sacerdote del Opus Dei me dijo que él ya no era mi hermano, que había roto ese vínculo con ese acto. Me basta para quedarme tranquila y seguir poniendo distancia entre él y yo.
Viví con él. Me preguntaron con demasiada alarma, que me hizo sentir más culpable: ¿Pero por qué vives con él?
Por pura necesidad, pero todo el tiempo que viví con él no pude dormir, un día sentí que volvía a hacerme lo mismo. Decidí que era un sueño, pero ¿y si no?
Quería confiar que no volvería a tocarme, pero si lo hizo una vez... Por pura necesidad regresé con él, quería confiar que al ser mi sangre tendría un poco de apoyo de su parte...
Ya contaré esa etapa de cambios inmobiliarios
Comentarios
Publicar un comentario