De cómo perdí a Dios
Tenía dificultades para imponer mis creencias a las influencias del ambiente, siempre fui tachada y rechazada por ser mocha, así que en cuanto tuve oportunidad luché por demostrar a toda costa que no lo era, me salté reglas, acomodaba mis creencias a las circunstancias y siempre me justificaba. ¿Si Dios era todo para mí por qué mi necesidad de demostrar que Él no influía en mis actos? Porque no quería vivir rechazada como toda mi vida, no quería que me volvieran a excluir de planes o fiestas porque pensaban que ese no era mi ambiente.
Por otro lado, la depresión empezó a crecer y los episodios fueron más seguido y prolongados, transformaron mi pensamiento, mi fe era minada por la "incomprensión" de quien decía que siempre estaría para ayudarme porque era mi familia, el rencor creció... Exigían más y yo ya no podía, además que ya no quería, me habían negado la ayuda que necesitaba para regresar a la lucha y ya no quería darles nada de mí.
Me pregunto si debí recapacitar y seguir, sin embargo, no me arrepiento, según yo siempre fui consciente que de quien me separaba y huía era de la hipocresía de las personas no de Dios, aún así renegué, me sentí abandonada y a la vez "liberada", me convencí que era mejor mi vida así, porque no ofendía a nadie si me portaba de determinada manera, si dejaba de ir a misa...
Comentarios
Publicar un comentario