Ya ni hice duelo, los últimos días se me fueron como agua... Pero sí quiero escribir sobre eso, el cambio de trabajo me pegó feo, sigo resentida y ese resentimiento me provoca ira, disgusto, me arden las entrañas de pensar en las viejas esas, les deseo la muerte y la peor de las tragedias... luego pienso en que no me gustaría que, por desearles tanto mal, se me regresara a mi de alguna manera y le digo a Dios que yo sé que me hará justicia... Pero debo, quisiera darle rienda suelta a mi amargura, al resentimiento y a la ira. Las odio! Mi trabajo era perfecto, estaba a diez minutos de mi casa, conocía a muchas personas, no me la pasaba tan mal, aunque había años en los que no me llevaba tan bien con los pasantes, lo mejor eran las prestaciones, de cierta manera me sentía segura porque ya llevaba 8 años trabajando ahí, me sentía útil y cada vez iba mejorando en el trato a los pacientes, era ama y señora de la clínica... Hasta que llegaron estas viejas con su cizaña, sus envidi...